La Provincia de Nuestra Señora del Rosario fue fundada para predicar el Evangelio en Filipinas y en las demás naciones del Extremo Oriente.

Fue el primer Obispo de Filipinas Domingo de Salazar, O.P., quien contribuyó e cazmente a la fundación de dicha Provincia. Este religioso dominico fue presentado por Felipe II, Rey de las Españas, al Papa Gregorio XIII como primer Obispo de Filipinas el año 1578. Dos años antes había llegado a España desde Méjico. Inmediatamente comenzó a reclutar religiosos voluntarios en los conventos dominicanos de la Península para la noble empresa de la evangelización de Filipinas. De los 18 misioneros que se embarcaron con él en España para Méjico el 10 de julio de 1580, siete fallecieron en la travesía y otros en Méjico, a consecuencia de una peste originada en la nave que los llevaba. Algunos de los supervivientes se quedaron en la Española y en Méjico. Solamente el Obispo Domingo de Salazar, acompañado del P. Cristóbal de Salvatierra, llegaron a la ciudad de Manila el 17 de septiembre de 1581.

Antes de salir de Méjico rumbo a Filipinas, el Obispo Salazar encomendó al P. Juan Crisóstomo la realización del proyecto de la fundación de la nueva Provincia. Vuelto a España en 1581, el P. Crisóstomo obtuvo del Consejo de Indias el permiso para llevar 12 religiosos a Filipinas (31 de marzo de 1582). Meses más tarde, el 14 de julio, el Maestro General de la Orden, P. Pablo Constable de Ferrara, dio su aprobación para la fundación de la nueva Provincia, nombrándole Vicario General de la misma, con atribuciones de Provincial, y autorizándole a llevar hasta 40 religiosos de las provincias de España y 10 más de las de Méjico y Chiapas. Fallecido el Maestro General poco después (17 de septiembre de 1582), el Papa Gregorio XIII confirmó al P. Crisóstomo en el cargo de Vicario General y dio su aprobación apostólica para la fundación de la nueva Provincia (20 de octubre de 1582).

Sin embargo, el P. Juan Crisóstomo no pudo embarcarse con sus primeros religiosos tan pronto como había pensado. Dificultades surgidas en Madrid lo impidieron. Después de dos años de espera en el convento de San Pablo de Sevilla, al n, el 9 de agosto de 1585, obtuvo el pase regio que le facultaba para convocar y llevar una misión a Filipinas. El 5 de septiembre firmó el Rey la Real Cédula que le autorizaba a llevar 24 religiosos a Filipinas. Posteriormente se le autorizó llevar otros 15 más. Después de varios meses, 40 religiosos, procedentes de diversos conventos dominicanos de España, salieron de Cádiz con dirección a Méjico el 17 de julio de 1586. Al frente de esta primera expedición iba el P. Juan de Castro, habiendo renunciado antes el P. Juan Crisóstomo al cargo de Vicario General de la nueva Provincia en favor del P. Juan de Castro.

Cuando llegaron a la Nueva Española, el nuevo Vicario General, P. Juan de Castro, en unión con varios religiosos, redactó y firmó las Ordenaciones Primordiales de la Provincia en el convento de Santo Domingo de Méjico el 17 de diciembre del año 1586, y fueron aprobadas luego por los demás el 17 de enero siguiente.

De los 40 religiosos que embarcaron en Cádiz, según lista o cial que se conserva en el Archivo de Indias, muchos enfermaron durante el viaje, muriendo tres de ellos en Méjico a causa de los sufrimientos y privaciones durante la larga travesía. Algunos se quedaron en Méjico y otros volvieron a España, saliendo tres para Macao el 3 de abril de 1587, y 15 para Manila el 6 de abril de 1587. Estos últimos llegaron a Cavite, puerto cercano a Manila, el 22 de julio de 1587, y tres días más tarde, 25 de julio de 1587, a la ciudad de Manila.

El día 4 de agosto de ese mismo año, esta de Santo Domingo, fue celebrado públicamente un Acto Académico, y el día siguiente a la festividad de la Asunción de la Virgen se puso la primera piedra del Convento de Santo Domingo en la ciudad de Manila.

La nueva Provincia, con la bendición de Dios y como fruto de una observancia regular estricta, fue desarrollándose rápidamente en sus diversos ministerios y en número de religiosos. En 1592 reunía ya las condiciones para ser reconocida como Provincia dentro de la Orden. Por eso, en el Capítulo General de Venecia del año 1592, es reconocida como una Provincia más de la Orden, bajo el título de Nuestra Señora del Rosario “para la conversión de los infieles”.

No obstante, debido a un error u olvido, el decreto de erección e institución de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario no aparece en las Actas de dicho Capítulo General. Lo dice claramente la carta del Maestro General, P. Hipólito María Beccaria, fechada el 3 de noviembre de 1592, y dirigida a la nueva Provincia. En dicha carta, el Maestro General atestigua que en el referido Capítulo de Venecia fue erigida e instituida oficialmente la nueva Provincia y aceptada como una Provincia más dentro de la Orden Dominicana, con el nombre de Nuestra Señora del Rosario. Por otra parte, dicho decreto de erección, anteriormente omitido, apareció después en las Actas del siguiente Capítulo General, celebrado en Valencia en el año 1596.

Los religiosos de la Provincia han evangelizado en las Islas Filipinas

desde 1587; en Japón entre 1602-1637 y desde 1904; en Taiwán (Formosa) entre 1626-1642 y desde 1858; en Tonkín, Vietnam (Indochina) desde 1676 a 1955; en Venezuela entre 1902-1905 y desde 1951; en Corea desde 1989, en Singapur desde 2001, en Birmania (Myanmar) desde 2010, en Timor Leste desde 2013; e igualmente, en Perú, Sri Lanka (Ceilán) y en otros países por cortos periodos de tiempo.

Desde los orígenes de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario, nuevos misioneros, casi todos de las Provincias de España, fueron llegando periódicamente para incorporarse a la Provincia y sus ministerios en el Extremo Oriente. Sin embargo, tampoco faltaron vocaciones surgidas en las mismas naciones en que la Provincia desarrollaba su apostolado. Entre ellas se encuentra Mons. Gregorio Lo, O.P., primer obispo chino. A partir del siglo XIX la Provincia ha contado con sus propios centros de formación para futuros misioneros: en Ocaña (1830), Ávila (1876), Rosaryville (USA) (1911-1935), Hong Kong (1935-1962), La Mejorada (1912), Santa María la Real de Nieva (1939), Valladolid (1953), Madrid (1958), Roma (1985), Corea (1994), Hong Kong - Macao (2005), Myanmar (2010), Timor Oriental (2013) así como otros ministerios apostólicos en España y Roma.

Finalmente, como fruto del dinamismo misionero y labor apostólica de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario, se han creado dos nuevas Provincias para la Orden: la Provincia Reina de los Mártires de Vietnam, el 18 de marzo de 1967, y la Provincia de Filipinas, el 8 de diciembre de 1971. Igualmente, se ha instituido en Taiwán (Formosa) un Vicariato General para nuestros hermanos dominicos de nacionalidad china, con fecha del 16 de junio de 1978, bajo la advocación Reina de China.

En el año 1987, la Provincia celebró el IV Centenario de su fundación. Las diversas celebraciones con ocasión de este acontecimiento se vieron coronadas con las canonizaciones de los 16 mártires de Nagasaki el 18 de octubre de 1987; de los 60 mártires de Vietnam celebrada el 19 de junio de 1988 y de los 6 mártires de China el 1 de octubre del año 2000, canonizados por el Papa Juan Pablo II en Roma; el 28 de octubre de 2007 el Papa Benedicto XVI beatificó 21 mártires del siglo XX en España.