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España: ¿Dónde radica la unidad de toda la Provincia?

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Para este sábado, sexto día del capítulo provincial, la celebración litúrgica de la mañana estuvo dedicada a la Santísima Virgen María. La eucaristía la presidió  Fray Kleyver José García Botero, Vicario provincial de Venezuela acompañado por dos hermanos de este vicariato, Fray Julián García López  y Fray Gustavo Adolfo Gallardo Oliveros, junto al diácono Fray Bosco Xiong.

El acento de la reflexión de este día estuvo puesto en torno a Dios, centro de todo en nuestra vida como consagrados y a la escucha atenta del mandato del amor. Así lo recordó Fray Kleyver en su predicación: Shema Israel Adonai Eloheinu Adonai Ejad, ¡Escucha Israel! Dios único, Dios uno,  sólo Dios. Este es el corazón de la fe, es el corazón de la manera de vivir como cristianos, y podría considerarse una confesión de fe antigua ya superada, pero habría que recordar aquella pregunta hecha a Jesús en otro pasaje del evangelio ¿Cuál es el mandamiento central, qué es lo más importante en la ley? fue aquí donde se remitió precisamente a éste texto de las escrituras insistiendo en el escucha Israel, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser”.

Jesús desea mostrar la vigencia y permanencia de este mandamiento según la reflexión del padre Kleyver, pues es un mandato ofrecido por el mismo Dios Padre en el que  quiere que los seres humanos tengamos y gocemos de buena salud física, emocional y espiritual: “Una salud para el pueblo entero, para su pueblo. Una salud del pueblo, para todos, para ti, para mí, para la comunidad; razón por la cual tendríamos que estar atentos a recordar esa actitud, ese estilo de vida, ese estado de vida de oír, de escuchar, porque finalmente la ganancia es para nosotros, somos nosotros los beneficiados”.

Es en este mandato de amor, en el que encontramos la razón de ser de nuestra misión: “Encontramos la alegría de nuestro corazón, el principio sólido para vivir la fraternidad, la consagración religiosa dominicana. En estos textos se nos plantea la interrogante, hermanos ¿Si no tenemos a Dios como Señor, si no hay un reconocimiento del señorío y soberanía de Dios en nuestra vida, habría que preguntarnos qué está ocupando ese lugar de Dios en nuestra vida? ¿Si Dios no está allí donde tiene que estar, qué hemos puesto ahí, quién está allí? porque  siempre habrá algo o alguien, inclusive dentro de nuestra vida religiosa, siempre habrá esa tentación de colocar algo o a alguien, dando como resultado a la idolatría, a los ídolos”.

Fray Kleyver continúo señalando que quizás todo radica en este aspecto, de tomarnos en serio estas preguntas sobre Dios como el centro de todo en nuestra vida y centro de amor en todo nuestro entorno “La unidad de todas nuestras comunidades, de la provincia entera, radica allí, sobre todo en esa disposición del reconocer el señorío y soberanía de Dios en nuestro estilo de vida, de lo contrario es imposible y no podrá haber unidad. Cuando se hacen presentes los ídolos, todos lo sabemos, surge la división, conflicto, problemas. Cuando hay ídolos lo que podemos encontrar entonces es el enfrentamiento, porque mis intereses van a chocar con tus intereses, con tu ego, con tu ganancia y placer, con tu proyecto y de esa manera nos convertimos en estorbos, y dificultades. Nos convertimos en un grave problema para la comunidad, nos convertimos en tropiezos para los superiores, para el proyecto y misión en común”

“En el amor a Dios y en ese reconocimiento del Señorío de Dios en nuestras vidas, es donde radica el verdadero propósito de nuestra existencia. Es aquí hermanos, donde se encuentra el sentido real y profundo de lo que somos y hacemos. Es por eso tan importante oír, escuchar, estar atentos a la voz del Dios único y verdadero” dijo el padre Kleyver, apuntando que este ejercicio debe hacerse en el capítulo: “Un ejercicio para ayudar a desmontar los ídolos falsos que cada uno pueda tener y así redescubrir esa unidad interior y comunitaria como camino de plenitud de servicio a Dios y a la humanidad. Escuchar y oír, el capítulo es el mejor espacio para escuchar, para oír para volver a la raíz y al corazón a una auténtica fe, la genuina y verdadera, fe”.

La animación litúrgica estuvo a cargo de Fray Rafael Jesús Jiménez Morillo y Fray Jesús Ángel Barreda.

 

Por Fray Marcos Julio García Sánchez, OP (comisión de medios comunicación)

Fotos: Fray Marcos Julio García Sánchez, OP

Texto original